El día 17 de Mayo- San Pascual Bailón- ha sido tradicionalmente la fiesta mayor de Pozuel, santo nacido en la vecina localidad de Torrehermosa y muy venerado en toda la comarca y al que recogían en su ermita para llevarlo en una procesión multitudinaria de vecinos y visitantes ataviados con sus mejores galas, entonando sus cánticos y envueltos en música de banda, hasta la Iglesia donde comparte   altar con San Roque hasta el verano.

Nos cuentan que desde antaño este día era muy esperado y se celebraba con ilusión, era una gran fiesta para la que se preparaban a lo largo del año, en la que todos se volcaban, disfrutando de bailes y comidas, de invitaciones, de visitas…..

Pero como ocurrió a partir de la década de los años 60, Pozuel tampoco fue ajeno al gran éxodo rural a las ciudades; a partir de entonces la gran fiesta pasó a ser más pequeña, ya no podían ir todos, pero San Pascual nunca ha dejado de recibir sus honores ni de tener su procesión y aún a día de hoy se celebra una comida de conmemoración y hermandad entre los asistentes.

Los que no están en Mayo, pueden disfrutar de las fiestas de verano, que se celebran los días 15 y 16 de Agosto en honor a la Virgen de la Asunción y San Roque; el segundo día se celebra la gran procesión de vuelta a la ermita para guardar a San Pascual durante el invierno; pero esta vez el viaje lo hace acompañado de San Roque al que se rinde homenaje antes de su vuelta a la iglesia con la subasta de rollos bendecidos.

Días de verano y vacaciones en los que el pueblo sale del letargo invernal, renace con el bullicio de sus calles, y se respira un ambiente festivo del que los pozueleros van a disfrutar. La Comisión cada año- con un ajustado presupuesto, pero con gran empeño e ilusión-  prepara todo un programa de actividades para esas fechas que van desde el inicio con el chupinazo, hasta la traca de fin de fiestas, pasando por la merienda colectiva en una arboleda cercana ( en sus inicios estaba al pie del Castillo de la Raya a la que se iba en romería con coches, tractores y remolques) a la que se puede acceder a pie, continuando con la inauguración de peñas al son de una charanga, bailes de disfraces, concursos, juegos para chicos y grandes, trofeos, regalos, rifas, sorteos, vermuts, cenas, recenas, actuaciones , y hasta jotas con rondalla ;sin olvidar el ya clásico homenaje ofrecido a los mayores , la música con orquesta hasta la madrugada y una cena popular de despedida- previa a los fuegos artificiales- en la que la comisión cede el testigo a los integrantes elegidos para el año siguiente.

El 25 de Abril se celebraba la romería a la Ermita de la Virgen de la Torre a los pies del Castillo de la Raya, ermita con un artesanado mudejar y al parecer la división de términos la marcaba la pila bautismal ubicada en el centro del templo, de tal manera que los bautizados en ella gozaban de fueros y dependencia eclesiástica doble. Tradicionalmente se mantiene que en las celebraciones los castellanos ocupaban el lado de la Epístola, mientras que el del evangelio estaba reservado para los aragoneses.
En el año 2018 estamos intentando recuperar esta tradición realizando una jornada sociocultural en la misma ermita.

En definitiva estos días en Pozuel se aúnan laicismo y religiosidad potenciando el lado humano y el afecto sentido hacia los otros, esos otros que, aquí, al tratarse de una comunidad tan pequeña, no son seres anónimos de una gran ciudad, sino que forman parte de un mismo entorno que acoge a propios y allegados con una familiaridad tal que quienes vienen una vez a sus fiestas siempre están dispuestos a repetir.